Existe una técnica psicológica llamada la mirada apreciativa creada por David Cooperrider. Se trata de algo muy
simple, pero muy difícil a la vez: cambiar nuestra mirada con respecto al otro.
La manera en que percibimos a las personas determina nuestra reacción y cómo nos relacionamos con ellas. Por
ejemplo, si yo veo a mi suegra como una déspota, aunque intente evitarlo probablemente me mostraré ante ella
molesto, irritable o apático. Aunque mi boca no diga que no la soporto, mi cuerpo y su lenguaje me delata.
La mirada apreciativa
La idea es cambiar nuestra percepción ampliando nuestra mirada sobre esa persona en concreto. Tomarnos el
tiempo y el esfuerzo de intentar entenderla. Dejar nuestras viejas opiniones sobre ella a un lado (“no la aguanto, ¡es
una déspota!”). Empezar a hacernos nuevas preguntas: ¿Cuáles son sus fortalezas, sus debilidades, sus capacidades,
sus miedos? ¿Qué es lo que le ha pasado en la vida para llegar a ser de la manera que es?
Cuando podamos empezar a mirarla desde otro prisma más humanizante, nos daremos cuenta que nuestro trato
hacia ella también cambia. Se abre una valiosa oportunidad para que la relación empiece a tomar un tono más
amable. Hasta puede que se transforme el recelo en comprensión, la rivalidad en cooperación.
Pero si han pasado muchas situaciones donde la mala comunicación o falta de entendimiento por ambas partes, el
rencor u otros sentimientos tóxicos que tengas hacia la familia o algún miembro en particular de tu pareja recuerda
que es a tu pareja a quién amas, y respetas y que las fiestas son 1 vez al año intenta si no puedes aplicar este tipo de
herramienta de la Mirada Apreciativa, enfocarte en tu familia, en mantener la calma y si en ocasiones no puedes te
recomiendo que te alejes de la situación para volver más tranquila/o e intentar comunicarte con las personas que te
sientes cómoda/o. Es un esfuerzo pero lo haces por el equilibrio emocional de tu familia.
